Ya sea vanguardia, kitsch u otro tipo de arte, todos germinan en un proceso de materialismo histórico, pues las condiciones materiales objetivas que componen la coyuntura social del ser humano, son los factores principales de cambio en nuestra perspectiva política, cultural, social, económica e inclusive con nuestras tendencias artísticas. Partiendo de esta premisa, me pareció interesante el comentario del libro de Greengerg, sobre la relación y diferenciación entre vanguardia y kitsch; “donde hay vanguardia generalmente encontramos también una retaguardia"
El arte kitsch tiene un objetivo mercantilista, para distribuirse a nivel masivo, es decir, se copian y se reproducen obras de arte que pierden su auténtico valor creativo en el momento en que son consumidos por las masas, consecuentemente su vigencia artística se pierde, como también su mercado, ya que por lo general es música de gran aceptación solamente por un breve periodo de tiempo.
Una de las consecuencias de la famosa Vanguardia, sin duda es la revolución industrial que permitió abrir nuevos mercados que se encuentran latentes, en espera de entretenimiento que muchas de las veces no nos quitan ni siquiera tiempo, y que ofrecen beneficios engañosos con un objetivo capitalista. El kitsch como dice el autor de libro arte y cultura está condenado a conservar y ampliar sus mercados.
